Se dice del gato de angora que es la raza más antigua que existe. Casi desaparece por la sobre utilización a la que ha estado expuesto para crear otras razas de gatos. Es muy mimoso, maullador y también algo independiente, no aguantará demasiado en tu regazo. Su pelaje largo y sedoso le hace ser un felino de una belleza incomparable. Consciente de ello se hará admirar llamando tu atención y alzando el lomo de manera presumida. El gato de angora es confiado y muy sociable por lo que es ideal para convivir con niños en casa. Tiene una peculiaridad y es que presenta disparidad de color en sus ojos. Esta peculiaridad se conoce como heterocromía.
Gato Angora
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Origen: Turquía.
Peso: De 3 5 kg.
Carácter: Sociable y activo.
Color: El blanco es el patrón predominante. Admite patrón rojo, negro y plata.
Pelaje: Largo.
Cabeza: Triangular.
Orejas:Grandes y puntiagudas.
Ojos: Colores ámbar, cobre, azul y verde.
Cuidados
El gato de angora, como es común a todos los gatos y especialmente a las razas de pelo largo, necesita que le cepilles su pelaje diariamente para que no se enrede. Evitarás la ingestión de bolas de pelo o tricobezoares que le produce esas fastidiosas arcadas gatunas. Este minino suele ser bastante sano aunque pueden desarrollar alguna que otra patología. Un afección que puede mostrarse en edad temprana es ataxia hereditaria que conlleva a que sufra problemas de coordinación. En este caso es necesario que procures a tu compañero felino una serie de cuidados especiales y las recomendaciones que te prescriba su veterinario. Se sabe también que los ejemplares del gato angora de color blanco y con ojos de diferente color podrían padecer sordera congénita.
Historia
El nombre de gato angora turco alude a su origen, la región de Ankara en Turquía central. Allí se les conoce con el nombre de Ankara kedi y fueron considerados como un símbolo de pureza divina. Mucho tiempo después, varios ejemplares de esta raza de gatos se importaron a Francia llegando a ser muy apreciados, especialmente por la aristocracia francesa durante los siglos XVII y XVIII. El rey Luis XV tenía debilidad por el angora blanco y poseía uno al que dedicaba muchas atenciones . Cuando se empezaron a conocer en Inglaterra se les bautizó como gatos franceses. En pleno siglo XX se empezaron a realizar cruces que han ido dando lugar a las diferentes variedades de gato angora con otras tonalidades destacando entre ellas los ejemplares de color canela.