El burmés es un gato de templo al igual que el siamés. En honor a ese origen espiritual tiene un carácter contemplativo y le encanta hacerlo sobre todo cuando se ha convertido adulto. El mejor lugar que le puedes ofrecer para ello es una cama colgante para gatos o hamaca colocada en la ventana. Allí podrá observar el entorno embelesado. Es un minino especialmente sociable y adora la compañía. Saldrá a conocer a todas las visitas que tengas investigando curiosamente con su nariz felina. Es muy inteligente y conversador. Te expresará sus necesidades o quejas gatunas con maullidos insistentes hasta que le prestes atención.
Gato Burmés
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Origen: Asia.
Peso: De 3 a 7 Kg.
Carácter: Cariñoso.
Color: Marrón, azul, crema, rojo.
Pelaje: Corto.
Cabeza: Redonda.
Orejas:Redondeadas.
Ojos: Redondos. Amarillo.
Cuidados
El gato burmés ha sido criado en EEUU en un nivel de consanguinidad muy intenso que ha dado lugar al padecimiento frecuente de una serie de enfermedades congénitas. El cruce con otras razas como la tonkinés o bombay ha permitido que estos ejemplares sean más sanos y longevos. De esta manera se ha logrado subsanar patologías como la gangliosidosis, malformaciones en el cráneo y el síndrome vestibular idiópatico felino. Para que nuestro compañero felino esté siempre saludable es necesario que le des una alimentación de alta calidad y que cumplas con sus vacunaciones y chequeos rutinarios.
Historia
La historia del gato burmés nos sitúa en el siglo XVI conviviendo con los monjes en los templos birmanos. A pesar de su antigüedad nos tenemos que trasladar a los años 30 del siglo pasado para conocer como ha sido el desarrollo de esta raza felina. El responsable del descubrimiento de este precioso felino es el psiquiatra de la marina estadounidense J. C. Thomson. En una de las incursiones militares que se lleva a cabo en Birmania se trae una gata burmés de nombre Wong Mau a su país natal. Cruza a esta bigotuda con un siamés seal point y da lugar a una camada con un cachorro con el mismo patrón que la mamá Wong Mau. La sucesiva realización de cruces con gatos siameses impide que se le reconociera prontamente como una raza diferenciada aunque en los años 50 se consigue definitivamente. Su popularidad se extiende a Inglaterra donde los criadores establecen un estándar de raza diferente al americano. Esto ha dado lugar a dos variedades, el burmés americano y el burmés inglés.