Cuentan las leyendas que el gato cartujo fue adoptado por los monjes del monasterio francés Le Grand Charteux. Estos religiosos eruditos de la orden de los Cartujos empezaron a criar a esta raza de mininos para controlar los roedores que podían acabar con sus manuscritos. Debido a la convivencia con esos animales en aquellos templos silenciosos y espirituales el gato cartujo es discreto, poco maullador y muy calmado. Disfruta durmiendo largas siestas pero cuando se levante no dudará ni un momento en apuntarse a los juegos improvisados que le hagas. El gato Chartreux al igual que su pariente inglés el british shorthair es musculoso, de anchos mofletes y parece estar siempre sonriendo.
Gato Cartujo
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Origen: Siria.
Peso: De 3 a 8 Kg.
Carácter: Calmado.
Color: Azul.
Pelaje: Corto.
Cabeza: Trapezoidal.
Orejas:Proporcionadas.
Ojos: Grandes y redondos. Color dorado y cobre.
Cuidados
El gato cartujo tiene buen apetito y además adora dormir por lo que es importante que le controles la alimentación para mantenerle con un peso saludable. Por su genética son propensos a padecer luxación de rodilla o patelar y displasia de cadera como también le sucede al gato bengalí. En el caso de que observes que cojea o si camina de manera rara consultes a su veterinario para realizarle un chequeo y alguna prueba radiológica. También es recomendable que le limpies a menudo las orejitas porque tienden a acumular bastante cera y puede producirle una infección.
Historia
Parece ser que el gato cartujo es nativo de Siria y que se introduce en Francia durante las cruzadas del siglo XII siendo acogido por los monjes de Le Grande Chartreuse en el distrito de Grenoble . En el siglo XVIII el gato Chartreux es llamado el gato de Francia por el naturalista Georges – Louis Lecrerc conde de Buffon que realiza dibujos comparativos entre las diferentes razas gatunas que se están reconociendo en aquella época en Francia y en las que estaba incluida este gato. Muchos personajes célebres han adorado a estos magníficos gatos de cuerpo robusto y de carácter dócil. El general Charles de Gaulle tenía un cartujo en su casa de campo y la escritora Colette tenía varios de ellos. Con la 2ª Guerra Mundial casi está a punto de extinguirse. En 1980 la raza se puede recuperar y se convierte en el compañero felino más apreciado para los franceses.