El gato himalayo es físicamente como un gato persa pero con los colores característicos del siamés. Y es que es un cruce de ambas razas. Ha heredado su curiosidad y la docilidad del persa. Este minino de pelaje suave se llama así por su parecido con el conejo himalayo. Es tranquilo y faldero con lo que le encantará estar en tu regazo cuanto más mejor y sobre todo echando una siestecita. Es un gato de vida reposada pero que no tiene reparos en jugar de vez en cuando con algún juguete teaser que le muestres. Siempre que lo hagas de manera delicada. Si lo haces con brusquedad es probable que te ignore.
